DULCE COMPAÑÍA
( Laura Restrepo )
Una reportera de la revista somos es enviada por su jefe a cubrir la aparición de un ángel en una de las barriadas más pobres de la ciudad de Galilea, Emprende la tarea a regañadientes porque la tienen sin cuidado los asuntos religiosos y la aburre sobremanera un tema tan manido, y ni siquiera sospecha hasta qué punto se va a ver involucrada en una brutal cadena de acontecimientos que escaparán a su control y a su racionalidad.
Las palabras del ángel que aparecen al final de este primer capítulo se tornan un poco confusas al principio, pero a menudo que va redactando lo que siente, expresa unos profundos sentimientos de amor, respeto y admiración hacia Dios, además, afirma que él no es nada a su lado y que no es nadie para pronunciar su nombre.
“Yo quedé conmovida con su historia, y dudando cual era más fascinante como personaje, si el ángel o su madre.” ( RESTREPO,1995,61). Esta frase del segundo capítulo demuestra que la periodista está algo emocionada con todo lo que está viviendo en Galilea, pues dice que no sabe quien es más interesante como personaje de su historia, el ángel o Ara. La gente hace muchas cosas para sentirse bien y a gusto y tomo como ejemplo la actitud de la gente que quería ver al ángel o más bien que se morían de ganas por verlo, solo porque sabían que él podía sanar sus heridas pero por nada más.
Lo que más me gusto de este capítulo fueron las palabras del ángel al final porque tiene una forma muy interesante de narrar los momentos que vivió cuando la periodista se le acerco y él estaba sentado en el lavadero del patio. Él habla de su cabello, que lo llama y lo invita a tocarlo, además las palabras que utiliza hacen creer que la respuesta a la pregunta al comienzo de este ensayo es “sí” porque expresa sus sentimientos con mucha naturalidad y jamás niega nada de lo que vivió con la periodista, pero quien sabe no podemos tener clara la respuesta porque esta solo podremos saberla al final del libro. Sus palabras son tan concretas con la revelación de Dios, como el ser mas grande del mundo tiene tanta infinidad de amor.
1. Capitulo
Orifiel,
ángel de Luz: La periodista Monita trabaja en la revista Somos. En vez de
enviarla al reinado de belleza, su jefe, la manda al barrio Galilea para hacer
el reportaje sobre un ángel. En Galilea, va primero a la parroquia, ya que
sería el sitio más adecuado para buscar refugio, ya que estaba lloviendo. Allí
se encuentra con un viejo malgeniado y solitario, que niega todo sobre el
ángel. Después entra a una tienda llamada la Estrellita. Los dueños eran dos
ancianos, quienes llaman a un niño llamado Orlando para que la lleve con el
ángel. Una vez llegan a Barrio Bajo, entran a una casa con La junta del ángel,
que era liderada por Sor María Crucifija. Antes de ir a la gruta donde se
encuentra el ángel, reza el rosario hasta que escampa. Antes Crucifija le hace
unas preguntas, sobre cuando le había llegado la menstruación; sin importar lo
extraño de la pregunta, Monita le responde. Una vez en la gruta aparece el
ángel, con una belleza aterradora, de piel morena que brillaba; observaba a
todos sin verlos. Al salir de la gruta Orlando le dice que irán a la casa de la
mama del ángel para ver unos escritos. El nombre de la madre del ángel es Ara.
Monita llega con Ara, ella le cuenta todo lo que sucedió desde que quedó
embarazada, hasta que después de que su padre vendiera al ángel y años después
él regresara por sus propios medios con su madre. Después, Monita lee uno de
los escritos que está en uno de los cincuenta y tres cuadernos que tenía doña
Ara.
2. Capitulo
El
ángel sin nombre: Doña ara le prometió mona darle las llaves del baúl,
donde guarda los cuadernos en los que escribía los dictados del ángel. Después
fueron a la iglesia donde el padre Benito se ganó el puesto del enemigo en el
reportaje, puesto que daba sermones en contra del ángel, su madre y sus
seguidores. La Monita fue al altar a tomar fotos, por ello el padre la culpo a
ella y al mundo moderno, se sintió tan apenada que salió de la iglesia e invito
a Orlando a comer a la estrella. Cuando estaban ahí los peregrinos del barrio
Paraíso venían a visitar al ángel, para recibir algún milagro. Cuando se abrió
la puerta de la casa salió sor maría Crucifija pidiendo a todos paciencia,
diciendo que verían al ángel más tarde. Con ayuda de Orlando, hizo entrevistas
a la gente que allí esperaba. Después de un rato, Sor María Crucifija anuncio
que no habría ángel por hoy. Orlando se fue a su casa, pero como era muy tarde
la monita se quedó en casa de Ara, pues necesitaba tener contacto directo con
el ángel. Allí, la monita le hizo unas preguntas a Doña Ara. La monita quería ir
al patio a ver al ángel, pero no podía ya que tenía que esperar a que Sor María
Crucifija se durmiera. Mientras tanto la monita leyó unos cuantos cuadernos del
baúl, se soltó la trenza que tenía en el cabello, para que secara con el calor
del fuego. Cuando Crucifija se durmió, doña Ara le dijo que podía ir al patio.
Sin permiso de doña Ara, metió la cámara en donde tenía las naranjas y una ropa
que había comprado en la estrella. Cuando entro, vio al ángel sentado. Tenía
muchas cicatrices, tenía la mirada ida y no hablaba, entonces la monita le tomo
una foto. Para el ángel, el flash fue como una herida y se asustó, para
tranquilizarlo la monita le lanzo una naranja, con suerte que el la atrapo y se
la lanzo a la monita. Después de que el ángel se pusiera la ropa y jugara con
el cabello de la monita, ella salió de la distracción y se acordó de Doña Ara,
salió del patio e inmediatamente el ángel volvió a sentarse en el lavadero
observando el firmamento.
3 capitulo.
Elohim,
ángel caído: Esa noche no ocurrió nada más, cuando monita salió del patio,
Doña Ara ya se había ido, así que decidió descansar. A la mañana siguiente, la
presión y el conflicto se sentían en el aire, Doña Ara y Sor Crucifija, habían
discutido ya que el día anterior; ante la negativa del ángel,Sor Crucifija
había atado al ángel obligándolo a salir y culpaba de todo a Doña Ara. Cuando
se calmó el ambiente Doña Ara y la Monita empiezan a hablar sobre el pasado de
Sor Crucifija. Antes de Galilea había un convento, donde Sor María Crucifija
era novicia; allí hubo un terrible incendio, del cual solo ella se salvó. Sor
Crucifija había tenido un conflicto con el padre Benito, por el hecho de ser
una mujer dirigiendo un culto, y no había terminado sus votos como monja.
Monita
debía entregar el reportaje a su jefe, pero Sor Crucifija la convence de
lavarse el cabello, bajo el argumento de que se vería con el ángel. La arreglan
y la lavan varias veces y un mensajero se encarga de llevar el reportaje. Al
momento de encontrarse con el ángel estaba vestida con una túnica azul, con una
corona de flores adornándole la cabeza, en medio de una multitud. En frente
estaba el ángel envuelto en una túnica blanca. Después de unos ritos, fueron a
la Gruta, donde se entregaron en un mismo cuerpo.
4 Capitulo
Mermeoth,
o la furia del ángel: Monita fue con Orlando a una panadería para buscar
un teléfono para llamar a su jefe, el cual le dio una reprimenda porque el
artículo no era lo que quería, porque eran supersticiones de pobres. Después de
esto, Orlando acompaño a la monita a tomar transporte. En su camino vieron unos
afiches pegados en una pared de la parroquia, de una pandilla llamada
M.A.F.A., que decían que Orlando era hijo del padre Benito, lo cual era muy
ofensivo para él. Una vez monita llego a la ciudad, fue de inmediato a Somos y
como la carátula ya estaba hecha, tuvo que hacer unas cuantas entrevistas. Al
final del día, recibió una llamada en su apartamento, Orlando había ido a Somos
a preguntar por ella. Monita le dijo al celador de somos que le pidiera un
taxi, que ella lo pagaría. Cuando llego Orlando estaba muy alterado, diciendo
que vena el diluvio universal que las muñis habían profetizado. Monita tenía un
vecino llamado Harry que era médico, ya que Orlando le había descrito lo que
seria epilepsia. Su vecino tenía un todoterreno, con el intentaron ir hasta
Galilea, pero les fue inútil. Orlando se quedó en casa de Monita hasta la
mañana siguiente, en la noche el confirmó que Doña Ara era su madre y no se
ponía en duda que era hijo del padre Benito. Fueron a Galilea, la lluvia había
arrasado con cinco casas de barrio bajo. El padre Benito culpaba al ángel, ya
que le dio un ataque justo en el diluvio. Al llegar a la casa de Doña Ara, el
ángel estaba durmiendo en una habitación, junto con seguidores que allí lo
acompañaban. Al parecer Sor Crucifija le había provocado un ataque de
epilepsia, por ello Monita y Doña Ara, accedieron a darle atención médica.
Monita y Doña Ara hablaron sobre la procedencia de Orlando, ella afirmó que era
hijo del padre Benito, ya que había estado desempolvando santos hacía ya tiempo
con el antiguo párroco. Cuando este murió el padre Benito llego y le pidió a
Ara hacer un oficio especial, de ello nació Orlando, que el padre Benito casi
hace que Ara abortara.
5
Capitulo
La
venganza de Israfel: Monita llamo a su amiga de confianza Ofelia, que era
psicóloga y trabajaba en su tiempo libre en un asilo para locas, para que la
ayudara y ella accedió sin ningún problema. Al intentar llevar el ángel, el
padre Benito y M.A.F.A., quisieron impedirlo hasta que no se hiciera un
exorcismo, per Doña Ara lo impidió a toda costa. Una vez en el manicomio lo
internaron quince días, para hacerle unos exámenes; tuvieron que convencer a
Doña Ara para que lo dejara ese tiempo. Después de pasar unos días, Ofelia
llamo a Monita para avisarle a cerca de una mujer del manicomio que decía haber
visto al ángel. Monita fue al manicomio para ver si le podía sacar algo, pero
por desgracia lo único que logro fue alterarla. Después de hacer unas
entrevistas para Somos fue a almorzar con Ofelia. Hablaron del tema del ángel,
Ofelia le dijo que la mujer había visto al ángel en la cárcel de máxima
seguridad, cuando visitaba a su esposo; dijo que lo llamaban el Mudo. Fue
con Orlando para que lo llevara con las Muñis ellas le revelaron, que el abuelo
del ángel, no se lo había vendido a unos gitanos, sino a una pareja de
europeos, que antes de venderlo, su abuelo lo bautizo con el nombre de Manuel
para tener la conciencia limpia. Allí en Europa estudio en una escuela bilingüe,
por eso hablaba varios idiomas, en una parte de su vida tuvo un problema con
las drogas, del cual se rehabilito. Volvió por sus propios medios a Galilea
donde se reencontró con Doña Ara. Monita fue al frenocomio, por desgracia allí
nadie lo recordaba. Estaba tan preocupada, que fue hasta el manicomio a visitar
al ángel, estaba en una camilla, pálido y desgastado, pero con su belleza
intacta, después de un rato la Monita salió a comprar una crema porque tenía
los pies resecos, al salir lo dejo dormido. Después de lo sucedido, Monita
llego a su casa e inmediatamente en la puerta estaba Ofelia. Al parecer, Ofelia
había contemplado las maravillas que hacia el ángel. Antes de irse le advirtió
a Monita que si se podía curar se volvería muy humano, y no sería como siempre.
6.
Capitulo
El gran
Uriel, ángel proscrito: Al día siguiente Monita se enteró de que el ángel
de había ido. Lo busco arduamente, hasta que Marujita de Peláez, una miembro de
la junta, la encontró y le dio la noticia de que el ángel había regresado
a su casa, arrastrando una multitud de seguidores atrás. Cuando llegaron, para
su sorpresa, todo estaba solo, en la cancha de futbol del barrio había botellas
rotas y piedras. La policía estaba allí. Después de una búsqueda en vano, para
encontrar al ángel y a su madre, se fue a su casa. Allí la esperaba Orlando,
con los cincuenta y tres cuadernos a salvo. Le conto todo lo que sucedió
después de la llegada del ángel; la multitud había tenido un enfrentamiento con
los del M.A.F.A., y por ello había llegado la policía, después la multitud
había ido con el ángel a refugiarse de la policía. Después de un tiempo Monita
se dio cuenta de su embarazo y doña Ara se llevó a Orlando. En seguida, Doña
Ara recibió información de que el ángel se encontraba acampando en un lugar,
esa fue la última vez que Monita lo vio y supo que debía dejarlo ir.
7.
Capitulo
Manuel,
hijo de mujer: Monita estaba con su hija, muy seguido, visitaba a Ara. Era
una niña bastante normal. Algunos lugares en los que generalmente aparecía el
ángel, se convirtieron en santuarios. Doña Ara nunca dejo que se dieran a
conocer todos los escritos de los cincuenta y tres cuadernos que tenía hasta el
día de su muerte. Desde entonces el transcurso de su vida fue muy normal. Solo
una cosa inquietaba a Monita, la mirada de su hija, miraba todo sin ver.

